El oxígeno en estado gaseoso se almacena en botellas de acero o aluminio de diferentes tamaños, que almacenan comprimido el oxígeno en forma de gas, a una presión de 200 bares y una pureza mayor del 99,5%.
Todos nuestros cilindros de gas son resistentes, fiables, fáciles de usar y de manejo seguro. Necesitan disponer siempre de un regulador de presión y de flujo para su uso.
Para proporcionar la máxima calidad y garantizar la seguridad permanente del paciente, todos los cilindros se prueban cada vez que se llenan.
Existen cilindros de diferentes tamaños:
- Cilindros estacionarios para uso en el domicilio. Son grandes, pesados y difíciles de mover, limitando la movilidad, teniendo una gran dependencia de la empresa suministradora al necesitar recambios frecuentes (cada 2 a 4 días en función del flujo prescrito). No se suministran como fuente principal de oxígeno, sino como respaldo de un concentrador estacionario para asegurar el suministro continuo de oxígeno en caso de avería del concentrador o corte del suministro eléctrico.
- Cilindros portátiles, botellas más pequeñas y portátiles para utilizarse fuera del hogar. Se pueden transportar por medio de una bolsa bandolera colgada al hombro o un carrito. Tienen una autonomía habitualmente menor de 4 horas (dependiendo del flujo) utilizándose para salidas ocasionales fuera del domicilio.
Para poder disponer de una fuente portátil es necesario tener un buen cumplimiento de la fuente de oxígeno fija, un uso de al menos 16 horas al día.